El niño, niña y adolescente tienen el derecho a ser oídos y a expresar su opinión en sus propias palabras sobre las decisiones que le afecten, y a que sus puntos de vista sean tomados en consideración, según sus aptitudes, edad, madurez intelectual y la evolución de su capacidad.
Así, lo ha establecido el Protocolo de Participación Judicial del niño, niña y adolescente aplicable a todos los procesos judiciales que afecten al niño, sin limitaciones: divorcio, tenencia, régimen de visitas, casos de violencia familiar, psicológica y sexual, tomando las previsiones necesarias para evitar que pueda afectar su integridad emocional o afectar su libre actuación en el proceso judicial.
Veamos el texto íntegro: